La Revelación

Day 672, 22:28 Published in Argentina Argentina by Dunixi

EDICIÓN: ORGIANTINA


En el corto camino recorrido en este mundo, y digo corto porque el autobús que me lleva al trabajo para frente a mi zahúrda, he tenido oportunidad de conocer personajes de lo más pintorescos: Cicuta, objeto sexual utópico y atípico; Candyman, la albóndiga gigante que saluda incesantemente; Brucce, pete. Y no digo más porque tres es el número idóneo.

Pero algo inesperado ha sucedido hoy, un individuo, de nombre y formas amaneradamente italianas, aspecto bizarro y más bien cejijunto se me ha acercado y me ha dicho una frase que a mí, y a buen seguro también a cualquiera de ustedes, me ha cambiado la vida: “¿me da la hora, por favor?”

http://erepublikar.forosactivos.com/index.htm

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Les contaré una historia...

Hace un tiempo alguien vino a mí a plantearme una pregunta similar, pero en lugar de la hora pedía dinero para un bocadillo, es decir, para drogas.

No pude menos que adoptarle, darle un cuenco de agua y pienso en cantidades industriales. En señal de agradecimiento y amor se aferraba a mi pierna y movía la pelvis rítmicamente. Qué gran ser, qué gran hijo de puta.

Como todos, creció, y, como todos, sintió la necesidad de partir, una sed de independencia que cada vez se hacía más acuciante, la libertad tan ansiada era una idea inamovible en él. No había vuelta atrás. Empezó la rebeldía, arañaba el sofá, orinaba en las paredes, defecaba en la alfombra, ¡llegó a morderme! La situación era insostenible. “¡Fuera!”, le grité, y fuera se fue. La casa quedó en silencio, vacía, yo solo, él también, y aquel mojón en el centro de la alfombra me evocaba su doloroso recuerdo...

En mis plegarias diarias a Roto rogué por su bienestar y por el crecimiento de mi pene. Y me escuchó, pero sólo con un oído, porque la sigo teniendo igual de discreta. Quien me había pedido la hora fue el mismo que otrora suplicara por unas monedas. ¡Era él!

Fuimos juntos, ya no como padre e hijo, sino como buenos amigos, a recordar viejos tiempos. Compramos pipas y estuvimos en el parque relatando nuestras vivencias y lamentándonos de nuestra escasa vida sexual hasta que llegó el momento clave: nos quedamos sin pipas. Ah, y me hizo la Revelación.

Roto, el Pez Momia, Ojete Colorado... demasiados conceptos a asimilar, pero algo imprescindible. Sin embargo, no es algo que me corresponda a mí, sino a él. Sea pues.
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Y el Pez Momia surgió de entre las sombras para mostrarme la lulz.
Rotongelio según Santa María del Fail.



Queridos lectores y deseadas lectoras, hoy abro esta columna en el periódico Roto-ativo Pampero con la intención de mostraros la luz, de enseñaros el camino rotoísta y transmitiros la filosofía del pez momia. Yo antes era un pecador, un infiel, daba palizas a mendigos para robarles los gorros de lana (es un fetiche...) y cortarles las barbucias con una tabalera del 7 y medio. Era un pobre diablo que no veía la luz al final del camino, que atracaba a los ricos para dárselo a los pobres, y luego atracaba a los pobres para quedárselo él y así divertirse el doble con cada palo dado. Jugaba en los parques al fútbol y a diferencia de los demás yo sí apuntaba a los viejos para ver si se caían.

Fue en aquella época, en la que empecé a robarle el Wi-Fi al vecino para enviar amenazas a Marcelo Polino, cuando el Dios Roto se me apareció en sueños y enderezó mi vida. Ahora, antes de darle la paliza al mendigo correspondiente, le rocío los ojos con orín santificado, atraco a los ricos y a los pobres, pero les bendigo con la hostia sagrada en su acepción más física, pues Roto no permite las obleas, y le quito la dentadura postiza a los yayos antes de coserles a balonazos para que no tengan que comprarse otra si sobreviven a los numerosos impactos, así es como rehice mi vida y la encamine hacia el bien.



La idea, aparte de opinar sobre temas de actualidad, es usar esta sección para tratar también problemas o consultas que tengáis, mandándome vuestras consultas por correo y siendo contestadas una vez a la semana, como la de ese pobre hombre que se me acerco en la parada del autobús, y después de recibir su correspondiente humillación me pregunto qué es lo que debía hacer después de saber que su jefe le iba a despedir por acosar sexualmente a una impresora:

- Hijo mío, debes ir a tu trabajo y hablar con tu jefe, si la impresora era menor, tan joven que aún estaba en garantía dile a tu jefe que hubo provocación, que tú no querías gastar ese paquete de folios DIN A4 en hacer copias de las fotos que te sacas desnudo frente al espejo de tu repugnante baño, en las que sales posando con las cucarachas que montaron un gueto debajo de tu retrete, en posiciones sexuales. Cuando tu jefe se acerque a ti, deberás actuar con gentileza, con honradez y golpearle con el cenicero de oro que tiene sobre su escritorio, y aprovechar su aturdimiento para sacudir su cabeza contra dicho escritorio una y otra vez hasta que su cara se quede en una mera mueca entre el orgasmo y el dolor, pues Roto así lo quiere. Después, sal discretamente y quema el edificio con todos los herejes dentro, para que mueran y sigan ardiendo en el infierno junto al Chavo del Ocho.

Sin más que añadir, por mí podéis iros todos a lamer falos bovinos y morir atragantados, pero recordad que Roto os ama.

Giovanni Rana
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Pueblo, llegados a este punto sólo puedo entregarme sexualmente a todos ustedes. Claro está, el amigo Giovanni tendrá una sección en el Roto-ativo llamada “The Mummyfish” en la que podrá vomitar sus palabras a placer.

Contacto erótico:
Clic aquí, luego a “Enviar mensaje” y a partir de ahí la mierda que le escupan es responsabilidad suya.


Muéranse, Roto les acogerá en sus senos silicónicos.