Autocrítica al ateísmo

Day 992, 01:12 Published in Uruguay Uruguay by Rolote

Sabía que esto iba a ocurrir. Lo sabía, lo supe desde el momento que decidí abrir este diario. Lo que no sabía era cuando iba a ocurrir. Es que éste es un tema que realmente me exaspera, de los pocos temas en que me puedo poner realmente pesado a la hora de una discusión. Mi problema principal es que no me entra en la cabeza, sinceramente no puedo entender cómo alguien puede creer en una religión, no lo entiendo. Pero hoy quiero encararlo desde otro punto de vista, desde el punto de vista que no podría tener si alguien me pregunta sobre el asunto agarrándome desprevenido. Pido disculpas anticipadas si hiero la sensibilidad de alguien, pero creanmé que no es ni por asomo mi intención con este post, todo lo contario; mi intención es la autocrítica. Trataré de redondear mis ideas en los próximos párrafos, espero que este último punto quede claro con el devenir de las palabras.





La ciencia tiene un gran arma en la mano: la empiria. La empiria demuestra que las teoría desarrolladas se ajustan a la realidad y logran explicar la mayoría de los fenómenos de la naturaleza. Si una teoría no es corroborada por la experiencia la misma no tiene ninguna validez. Cuando una teoría no logra explicar algún fenómeno, se reconoce la limitación de esa teoría. Cuando nace una nueva teoría que explica todos los fenómenos anteriores y fenómenos no explicados, se derroca la teoría vieja y se acepta como válida la nueva. Así ha avanzado la ciencia y la tecnología por siglos, en base a la experiencia, la matemática y la razón. Aún así, queda mucho camino por recorrer. Aún hay montones de cosas por conocer, miles de fenómenos por explicar, millones de preguntas por responder. Quizá alguien pueda decirme que estoy hablando de discusiones distintas, es posible, al menos se presta para otra discusión: ¿Se puede ser una persona de ciencia y creer en alguna religión? Yo creo que no, el método científico es algo completamente antagónico a una religión. Lo cierto es que la historia y el presente están plagados de casos donde la respuesta es afirmativa. Lo cual me resulta muy curioso, es algo que yo al menos no puedo comprender. Estimo que la forma en que uno fue creciendo -y criado- es un factor fundamental, uno es indivisible de su pasado.


Para empezar con las críticas, la ciencia falla en su divulgación. Falla en llegar al ciudadano común, falla en llegar a la gente que no está metida en el tema. Hace un tiempo (al menos dos años) en una charla de almuerzo con un prominente investigador de este país teníamos una discusión sobre el tema y recuerdo uno de sus comentarios: El problema es que la ciencia ha avanzado tanto en este último siglo que para explicar cuestiones básicas de su funcionamiento se necesita un público con conocimientos avanzados de matemática. Si no es así, te tenés que acotar a hacer el cuentito de cómo es que funciona. Para cualquier persona que no se dedica a esto es indistinguible de la magia. Recuerdo estar muy en contra y enojado con ese comentario, recordaba las palabras de mi propio padre diciéndome 'si no podés explicar algo de forma simple para que yo lo entienda, es que realmente no lo comprendes del todo bien'. Con el tiempo a aprendido a encontrar las limitaciones en estas palabras de mi padre y a dar por cierto el comentario del investigador.


El principal problema que tenemos algunos ateos es, por momentos, la intolerancia. Algunos hemos migrado ese comportamiento sectario propio de las religiones basados no en la fe, sino en la firme convicción de que las cosas deben tener una explicación que pase por la razón. Ese comportamiento no es correcto. Tardé en descubrirlo y ahora hago un mea culpa. Y fue gracias a un querido amigo, al cual tuve que pedirle disculpas y además, agradecerle por el aprendizaje que me dejó. Cerrado en la defensa a todo costo de mis convicciones, al recibir la inocente pregunta: Pero vos Rolote, ¿no crees en la energía?, no tuve mejor idea que responder: Si claro, la que se puede trasmitir en forma de calor o trabajo. La única que existe. Y seguí luego con un largo sermón. Larga fue la discusión. No gané nada, sólo cuestionar las creencias de mi amigo. No fue ni gracioso, ni educativo, ni ilustrativo, ni divertido, ni revelador para el. Al final de todo, fue educativo para mi. A fin de cuentas, cada uno tiene derecho a creer en lo que mejor le parezca si de esa manera vive feliz. Yo, debido a mi formación, tampoco puedo alejarme de determinados paradigmas y nadie tiene derecho a cuestionarme por ello. Al fin y al cabo, el ser humano nunca va a poder demostrar la existencia o no de un dios. Cada uno cree en lo que mejor le parece, y los demás debemos respetar esa opción. Eso aprendí hace unos días.


Probablemente en el día de mañana me olvide de toda esta autocrítica que estoy realizando. El ser humano es un bicho de costumbres, es difícil ir en contra de uno mismo y de sus mañas. Probablemente mañana vuelva a ser la misma persona que planteada la discusión responda irreverentemente e irónicamente: A ver, no entiendo por qué tanto alboroto, yo sólo creo en un dios menos que vos. Cuando vos entiendas por qué no crees en todos los demás dioses disponibles, vas a poder entender por qué no creo en el tuyo. Triste, triste por mi. Pero eso pasará a partir de mañana. Hoy, estoy de autocrítica, y por eso quería escribirlo, para intentar recordarlo. Autocrítica y tolerancia... Repitió el principito a fin de recordarlo... Intentaré predicar con el ejemplo.