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Parte 14 eRepublikator


Estaba fuera del sistema, se había retirado la tela de mis ojos, que eran ceros y unos que no me permitían ver con más claridad y ahora estaba en otro nivel, aunque desconocía exactamente donde. Sentía su presencia y estaba seguro que él o ella también la mía, no había casi interferencias y nuestra señal en los arrabales del sistema binario era lo suficientemente fuerte como para no sentirla.

Decidí correr cara a ella, qué sentido tenía esperar más lo inevitable, cuanto antes se acabara mejor pues todo aquello comenzaba ya a cansarme y realmente lo mío nunca había sido jugar al gato y al ratón, por más que eso había sido lo que había hecho todo el tiempo en este emundo.

Estaba más lejos de lo que pensaba, o quizás mi enemigo quería que el enfrentamiento se dilatase un poco más, pero yo no tenía pensado esperar y corrí más todavía hasta que por fin divisé su estela. Ahora parecía haberse parado y pude verlo con más claridad.

La verdad es que ni yo me había visto bien pues poco tiempo había tenido y pude ver mis manos como metálicas, éramos dos robots enormes que iban a luchar sin cuartel y los primeros escarceos no tardaron en llegar.

No había vitalidad que sirviera, los golpes dolían y eran de verdad aunque por fuera no fuésemos más que la imagen que el sistema reflejaba de nuestra real apariencia. Nuestras fuerzas estaban igualadas y trozos de nuestros cuerpos iban quedando esparcidos por aquella enorme extensión de vacío indefinida. Golpe a golpe iba ganando y perdiendo al mismo tiempo pues no veía que mi rival se amilanase lo más mínimo pues a cada pegada mía él respondía con más fuerza si cabe.

Después de un largo rato de lucha nos quedamos parados como tomando un respiro, pero al poco continuamos de nuevo aunque se podían comenzar a ver los efectos de la lucha en nuestro aspecto, ganase quien ganase quedaría realmente dañado, lo más seguro es que ninguno de los dos saliésemos vivos, pero quizás no nos quedaba otra.

La energía era mucho menor después de un buen rato de intercambio continuo y tanto sus golpes como los míos habían perdido intensidad. Volvimos a quedarnos parados un instante y pudimos mirarnos, éramos ya simplemente muñones de lo que un día fuimos, se veía el cansancio a leguas y aunque no jadeábamos pues no teníamos vida ni apariencia humana, el control de nuestra energía estaba bajo mínimos.

-Creo que ya podemos terminar…

-Te rindes?

-Crees que una fuente se rinde alguna vez, que poco me conoces, todo ha terminado, ya han sido las elecciones, están en recuento y yo no estoy, con lo que la suerte está echada, sea lo que sea lo que hayamos venido a hacer aquí se ha terminado.

-Yo he venido a destruirte.

-No creo ni siquiera sabías que existía, me han creado después de a ti.

-A mi o me crearon amigo, nací de dos eciudadanos del futuro, realmente un eciudadano y una eciudadana.

-Ya los mismos que a todos, y te han implantado recuerdos, se ve que ver pocas películas de ciencia ficción, seguro que tu también has visto cosas que nosotros no podríamos creer, naves ardiendo más allá de Orión…

-He visto rayos-C brillando cerca de la puerta de Tanhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo…

-como lágrimas en la lluvia…

Sería que al final la fuente tenía razón, que había estado viviendo una mentira, que era igual que él una simple herramienta de la guerra en nuestro mundo?

Me quedé de rodillas desesperado, supongo que mi enemigo pudo verlo y se acercó a mí, por un momento me puse en alerta dispuesto a contrarrestar un golpe mortal, pero no fue así, posó lo que le quedaba de brazo metálico sobre mi hombro, como a modo de consuelo y se alejó caminando, como si ya nada tuviera sentido. Solo pude preguntarle.

-A donde vas?

-A descansar… se oyó casi como si estuviera tan lejos que ya no pudiera verlo.

De verdad todo se había acabado, por un instante el pánico se apoderó de mi, estaba solo, herido y no me quedaba nada, perdido en una dimensión desconocida. De verdad eso era todo, ya estaba?, esperaba al menos llegar a poder saber si mi sacrificio había servido para algo…

“Muchas versiones de algo, reducidas a cenizas son los problemas de siempre, aunque no quieras mirarme vas a tener que escucharme, no me consuelo con poco, vas a tener que estirarte, no consigo contenerme voy a tener que romperte… Son esos días los que me sacan de quicio”



Continuará…


Parte 15