Una historia por partes. Parte 15 Un final

Day 920, 11:08 Published in Spain Spain by galizalivre
Al final no he recibido ningún posible título para la historia, pero es igual, gracias de todos modos. Agradecer a los que me habéis leído aunque solamente fuese una de las partes, los comentarios y las críticas constructivas, la verdad es que era una pequeña tontería que como la tenía escrita pues la fui soltando, quizás demasiado rápido, pero bueno, impaciente que es uno. Seguramente un poquito más revisada hubiera ganado algo en calidad, pero ahora ya no tiene remedio. Si hay otra ocasión, lo haré más lento y con más tiempo. Especialmente agradecer al Boletín de Comunicación que diariamente ha publicitado mi relato y a El beso negro que ha linkeado mi periódico en su artículo. Espero que os guste este final, aunque quizás sea igual de decepcionante que el e una famosa serie que ha acabado recientemente, aunque evidentemente salvando las distancias.

Parte1 Un futuro posible

Parte 2 El elegido.

Parte 3 El infiltrado

Parte 4Un nuevo mundo

Parte 5 En las sombrax

Parte 6 Galiza existe

Parte 7 Tierra de mujeres

Parte 8 El regalo

Parte 9 Cuestión de gold

Parte 10 Campo de Concentración.

Parte 11 Laura

Parte 12 La verdadera historia

Parte 13 En las sombraxx

Parte 14 Decir adiós



Parte 15 Un final

Estaba confuso, una puerta se abrió sobre mi y todo estaba oscuro. Me sentí como saliendo de un túmulo prehistórico, desorientado pero consciente. Por un segundo me paré a recordar lo que me había sucedido y no pude más que sobreponerme como pude a la emoción, era un sensación tan compleja, tan imposible de asimilar... Recordé el mensaje que les había enviado a todos, aquellas palabras inspiradas que estaba seguro de no poder nunca más volver a escribir.

Salí caminando por aquellos largos pasillos que no recordaba, en cada uno de aquellos cubículos se acumulaba toda la gente del juego, la de otros países también, pero no era el momento de pensar en ellos, necesitaba salir de allí y respirar, volver a casa a ver a los míos.

Entonces entré en la zona de salas donde la gente se desvestía para entrar en el juego, aquello ya me sonaba más, me hubiera gustado recuperar mis pertenencias pero aparte de que eran mínimas, tampoco sabía como hacerlo. Como pude robé algo de ropa para tapar mi casi desnudez y pronto estuve en la entrada principal, la de los avatares por las paredes en la que la gente entraba ilusionada para tener una nueva vida, dentro de un juego que te anunciaba un mundo totalmente diferente y que realmente lo era. Sentí la necesidad de gritarles, pensadlo bien, ahí dentro hay gente magnífica, pero luego es imposible volver, pero no lo hice. Preferí salir por fin a la claridad del sol que me hizo daño en los ojos, aunque lo sentí como una verdadera bendición, de Dios, Varnish, Sasha, el pollo sin cabeza o quien fuera que lo pusiera ahí.

Desde un centro de comunicación mi mujer escuchó ilusionada mi voz, sin poder apagar los sollozos, que no era capaz de disimular por más que lo intentaba, era como si estuviera otra vez vivo, como un nacimiento siendo ya un cincuentón.

El viaje de vuelta fue especial, disfrutando de cada detalle como un niño, como si viera las cosas por primera vez, con ojos distintos. Cada aroma, el tacto del metal, de las plantas, los colores, los sonidos, todo estaba intensificado. Más todavía al llegar a Arousa, el sol reflejado en las rías, con las modernas bateas metálicas y los viejos barcos de vela, con los aerogeneradores al fondo y un olor a sal que lo inundaba todo. De vez en cuando cerraba los ojos y volvía a abrirlos como si así cada vez pudiese hacer una instantánea distinta de lo que me rodeaba. Mi recuerdo no olvidó a todos aquellos seres de otro mundo, con los que había estado por un tiempo, y habían sido tan presentes y reales como aquel paisaje ante mis ojos.

El encuentro con mi mujer e hija fue tan intenso que era como si hubiera vuelto de una guerra de la que no esperaban que volviese con vida, nos fuimos a casa pronto y nos contamos cosas hasta que se hizo de noche. Pensé profundamente en Enzo, en su pequeña y en lo que debía decirles sobre todo lo ocurrido. Sinceramente todavía no lo tenía demasiado claro, pero me tomaría algún tiempo para tomar la decisión definitiva. La historia de Laura me había conmovido, pero la situación en que ellos se quedaban no lo hacía menos.

Antes de acostarme, me senté en un taburete del baño, saqué por fin aquellas ropas que me olían a extraño, y después retiré los últimos restos de aquel mundo que me quedaban en el cuerpo y que no eran otros que aquel mono casi transparente que había llevado todo el tiempo. Me lo retiré despacio, estaba pegado a mi piel, pero no me dolía al separarlo, entonces algo se cayó al retirarlo y pensé que algún trozo de sonda o algo parecido, pero no, mis manos emocionadas recogieron del suelo la famosa pda, aquel regalo que tanta ilusión me había hecho y tan útil me había sido, no sabía ni como ni por qué, pero estaba allí, era real. Pensé en encenderla, en ver que había pasado en aquel poco tiempo que había faltado del mundo virtual, si alguien habría contestado a mi mensaje, si había algún artículo interesante, si había batalla o que quedaba en mi almacén, pero decidí dejarlo para un poco más tarde, la vida real tenía prioridad esta vez, si es que al final, realmente estaba en ella...