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LLego al destino! Plaza izquierda mayor número el más alto.
Paro delante de un edificio obsoleto en arquitectura, paredes grises desprovistas de alma o vida.

Cruzo la puerta y allí dentro me deparo con un montón de gente que lleva sus documentos y respectivos boletines de candidatura para el ilustre Ejercito Español. Al mi alrededor veo caras de jóvenes y no tan jóvenes con cara de alegría por querer defender su país.

Miro mi reflejo en un vidrio de una ventana y pienso “qué hago aquí?”, ya que en este preciso momento nada hace sentido.

LLega mi turno, revisan mis papeles y me mandan que aguarde en una ala anexa que allí perfigura.

Me encuentro sola, y el silencio es apenas quebrado por el ruido del aire condicionado, como quebrando la monotonía que por allí se avecina.

Aguardó tranquilamente mientras me llaman, y en mi mente pasa en retrospectiva los momentos pasados, esos buenos momentos que nos hacen acordar que afinal servimos para alguna cosa una vez por otra.

Ahí estaba yo, sentada tal como el amante que sufre decenas de años la esperanza del amor realizado, pero también lleno de daño porque la idea que había concebido de las FFAA era muy fea, pequeña y a desconjugarse, arruinada por el tiempo. En suma, yo iba a encontrarme con el pasado - cosa que ya había pasado y ya no era. Las locuras de la imaginación!

Cansada, pero no vencida. Seguía yo en mís considerandos, cuando, en el final de una sucesión de pensamientos, llega por fin el encargado de recibir mi candidatura, y el que la evaluará.

En la belleza y en el sueño de los soldados se encuentra la determinación y la coraje de los justos, de un mañana siempre más radioso. Construyendo sin temores, abnegadamente, los tranquilos días futuros tan deseados que todos tan bien conocen, cultivan y sienten.

Me mira y me pregunta: “Usted sabe que no puede hacer parte de esta institución? Se encuentra en la lista negra de las FFAA por alta traición a la nación, usted ha pasado información ultra-confidencial de nuestra base de mandos! Así que tenemos que rechazar su candidatura aunque usted sea demasiado buen soldado! Aquí no permitimos a traidores ni a ladrones!”

En ese momento se me ocurrió, “Que cruel es la vida, la única información que pasé fue la de malos tratos a un soldado, porque era injusto la prepotencia de los mandos por aquella época, al parecer, solo son permitidos ladrones y sinvergüenzas por allí, los demás que se importan no sirven de nada, somos apenas trapos sucios en la sociedad!”

Lo unico que aprendi es que no era lugar para mi, me gusta transparencia, justicia, igualdad entre los demás, cosa que, allí, jamás, podrá ocurrir!

Me di cuenta que todos los ladrones y sinvergüenzas que allí siguen, siguen porque los amiguismos son mas fuertes que un simples compañerismo, cosa que antes existía y que ahora mismo no existe!


Son gente introvertida, los soldados
Sembrado mismo al borde de España.
cuando allá voy, no sé si voy, si vengo
Que hay un dolor que me revuelve las entrañas.

Que gente és esta, que pueblo, tan olvidado
Que sólo quien mucho lo ama hace camino.
Un cerdo pata-negra, bien nutrido,
Mira hacia mi de anillo en el hocico.

Adiós España. Vuelvo cualquier día
Cando Abril, amanecer en una avellana.
No desanimes, ciudad, quien porfía
Acaba por ser vista en España...

Inédito*

Al fin terminaremos todos asi, sin alma y sin ganas de nada!