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Aunque las esporádicas apariciones de nuestro periódico no lo demuestren, los editores estamos siempre al tanto y preparados para brindar material crítico al pueblo que necesita informarse.
Como no somos sensacionalistas, ni cholulos, ni nos gusta conseguir popularidad por el simple hecho de sentirnos más importantes, no escribimos seguido, pero cuando lo hacemos es porque un evento de real importancia y gravedad se cierne sobre los eArgentinos. Pueden comprobar nuestras previas notas para juzgarnos.

Hoy nos trae a cuento un tema que está muy latente en nuestro país: finalmente se está produciendo el tan esperado crecimiento demográfico, la expansión de las bases del pueblo que de a poco da lugar a nuevos y pequeños compañeros que esperanzados se acercan a este nuevo mundo.
No vamos a repetir todo lo que bien supieron escribir los demás políticos, que en plenos actos de demagogia se vienen haciendo los amigables y esperan llenar sus partidos con gente sin información, como ovejitas que se acercan a su rebaño. Preferimos aportar nuevas visiones, que den lugar a la formación de consciencias críticas en los nuevos compañeros, para que luego elijan por su cuenta dónde quieren desarrollar su propia experiencia política.

Vayamos al grano, dejemos de lado tanto misterio. Este artículo lo estamos presentando más que nada para poner en evidencia frente a los ojos del pueblo su condición de proletariado naciente oprimido por los burgueses de ya larga experiencia en este ePaís.
Las clases en este juego se determinan más que nada por el tiempo transcurrido y la experiencia acumulada. Los burgueses son aquellos que con su largo tiempo (gracias a su temprana llegada) pudieron acceder a la creación de empresas y por lo tanto son los dueños privados de los medios de producción. En cambio los proletarios son los que llegando más tarde se ven obligados a meterse en el sistema de producción, y cuya plusvalía es sustraída por los empresarios. Pero lamentablemente este desarrollo no se va a poder repitir ad infinitum: la proporción de empresarios no puede ser la misma que de trabajadores, y va a llegar un punto (que suponemos se va a dar cuando finalice este proceso de crecimiento) en que ya nadie pueda hacerse dueño de una fábrica, por la saturación de empresarios.

Nuestro partido ahora no tiene el nombre por el que se lo caracteriza (Bloque Socialista) por un simple robo que un reaccionario hizo el mes pasado, pero la esencia es la misma. Para evitar repetir en este mundo nuevo la misma injusticia que el capitalismo produce en el mundo real, nosotros proponemos una salida obrera y socialista, un futuro igualitario y comunitario que permita una igualdad de condiciones para el que llega como para el que ya está en las últimas. Juntos caminaremos por la senda revolucionaria y guevarista, en busca del hombre nuevo que por lo menos se pueda encontrar en un mundo nuevo.
No los aburrimos más por el día de hoy. Esperamos que tengan una buena experiencia y que acerquen todas sus inquietudes, que estaremos con toda la voluntad de respondérselas.
¡Hasta la victoria, siempre!

Prensa Obrera - Número V