Jesser, échalos...

Day 929, 14:57 Published in Spain Spain by Askatasuna

Hola Jesser. Hemos tenido oportunidad de compartir foro y partido, charlas y debates. Nos hemos leído con asiduidad y compartimos elementos fundamentales en nuestros idearios. El respeto, la honestidad y el trabajo son causas comunes.

Hoy has ganado las elecciones. Mi voto no ha sido uno de los que te ha convertido en el nuevo presidente pues no quise que algunos de tus compañeros de viaje arribaran a buen puerto. En tu artículo de presentación te has reafirmado en tus valores. Cosa que te agradezco. Y ahora toca cumplir. Tienes el deber moral de hacerlo según ese compromiso. Ese compromiso no nace hoy. Viene de lejos. Y es el que te ha ido aupando hasta llegar aquí. Amén de otras virtudes... Pero lo que hoy me importa es que cumplas con él. Hoy lo has explicitado ante toda la ciudadanía una vez más. Por eso, no es coherente hacer tabla rasa con el primer día de tu mandato. Ni eEspaña ni Jesser nacen hoy. Tenemos memoria y pasado. Y un compromiso moral con ellos.

Así pues, creo que tu primera acción de gobierno es prescindir de aquellos colaboradores cuyo pasado se ha caracterizado por atentar esos principios que compartimos. Sé que la exigencia es máxima y comprometedora. Pero es coherente con las promesas lanzadas y los principios a defender. Es preferible quedarse sin los apoyos de aquellos que llegan de la mano de esos colaboradores, a quedar marcado como cómplice en su mantenimiento en los aledaños del poder. No tienen cabida en el gobierno ni en el proyecto que quieres llevar a cabo. A cambio de su experiencia no nos podemos conformar con mostrar una leve mueca de asco al beber del mismo vaso. Su veneno termina por contaminarlo todo.

Has ganado. Eres el presidente. Sé justo contigo mismo, con tus ideas y con tus promesas prescindiendo de ellos. Sabes a quienes me refiero. Lo sabemos todos. Dales en la mejilla el golpe que muchos deseamos. No te darán oportunidad a poner la otra, pero al menos el camino hacia lo justo habrá sido recorrido una vez.

Sin otro particular, alguien que todavía te respeta.